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No te oí llegar y aquí estás, llamando a la puerta insistentemente, como ese aire y ese color agresivo de las tardes de otoño que parece cubrir de cartulina negra la última bombilla de la casa. ¿Y si no te oí llegar, y si sí te esperaba, y si sí te vi por la ventana y decidí esperar a los golpes sordos de la puerta para levantarme corriendo y abrir despacito, mientras sonreía? Y tras la puerta te encuentro empapado, sereno, ni rastro de la insistencia que me hizo abandonar de pronto la vista desde la ventana, ni un ápice del frío que se veía al otro lado del cristal, donde los edificios temblaban sacudidos por el aire gélido y enfurecido de los últimos días en Helsinki. En su lugar cruzaba la puerta una inesperada calidez del sur de Europa que, con su voz desvelada y una guitarra temblorosa, buscaba luz cuando la noche caía, y una mano que sostuviera su estrepitoso deambular por la ciudad desconocida. Un poco de chocolate caliente, puertas y ventanas cerradas a la inclemencia del temporal, silencio a escena y una conversación para aclarar la garganta..., y ahora sí -como quien vuelve a ver a alguien después de mucho tiempo- el artista abraza la guitarra, esta vez arropado por la mirada de mis ojos que le envuelven como al mejor de los regalos. Y una y otra nota, y tres y seis, y catorce notas que se apresuran y se repiten como si tuvieran prisa por hacer cosquillas a esa cajita de madera, como si fueran niños con ganas de lucirse... Y así mientras amanece, entre nota y nota, imágenes que vienen y van, que pasan de puntillas por mi cabeza y obligan a mis labios a esbozar una sonrisa. Coloreo tu imagen de turista sorprendido por la lluvia y la nieve, me alegro de verte y sonrío por ello, "te tengo, no te vayas" -tarareo para mí-, y me agarro tan fuerte a tu mano que no nos damos cuenta de que hemos pasado la noche en vela y de que ha sido el día más largo a esta parte de Europa, pero también de que el gesto más sencillo y más sentido encierra el más esencial e imborrable de los significados.
miércoles, 17 de octubre de 2007
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1 comentario:
Bravo!! Bravo!! plas, plas, plas, plas (Todos en pié). Queremos otra!...y a coro: Otra! otra! otra! otra!
Crónica:
Regresó. La damisela del café regresó y puso a todos en pié. Se oían vítores y palmas. Fue un gran regreso. El regreso de una joya, más brillante que nunca.
:D
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