lunes, 25 de junio de 2007

Éxodo- Shemot


Los hechos que enmarcan los relatos del éxodo se refieren a una época (XIV a.C.) en que Egipto atravesaba una crisis política, y donde pueblos poderosos constituían una amenaza desde fuera del país, con el añadido de los disturbios que los emigrantes semitas (descendientes del patriarca Sem) provocaban desde dentro. Para restablecer la situación, un general egipcio dio un golpe de estado, fundó la XIX dinastía, instala la capital en el delta del Nilo y emprendió construcciones de defensa y urbanización, para lo cual necesitó mucha mano de obra, mucha de ella tomada de los israelitas, entre otros. Moisés, egipcio de origen hebreo, no acepta esta situación de trabajos forzados y, en tiempo del faraón Ramsés II y Menefta arrastra a su pueblo hacia el desierto, donde organiza su vida y prepara la conquista de Canaán. Ésta tendrá lugar una generación más tarde con Josué al frente.

Literariamente, el libro del Éxodo es una épica de la liberación (narración basada en hechos reales en torno a los que se crea esta épica de liberación), compuesta con variedad de estilos: narraciones, leyes, poemas heroicos y oraciones. Esta manera de narrar expresa una profunda fe en la intervención especial de Dios. Pasa como con el Cid: el del "Cantar" es distinto del de la historia, pero su verdad humana es la que perdura, la de un hombre sagaz y esforzado, fiel al rey, a su fe y a su pueblo.

En el éxodo se distinguen varias partes:

1. VOCACIÓN DE MOISÉS
2. SALIDA DE EGIPTO: el paso del Señor y el paso del mar Rojo.
3. LA MARCHA EN EL DESIERTO
4. LA ALIANZA EN EL SINAÍ
5. LA IDOLATRÍA DEL PUEBLO

La revelación fundamental del Éxodo es Dios, que elige a Moisés y revela su nombre, guía a su pueblo por las penalidades del desierto, establece con su pueblo una alianza, da su ley y sigue fiel a lo pactado aunque los hombres lo abandonen.

Estos temas se organizan en torno a dos grandes acontecimientos: la Pascua (Pésaj) o salida de Egipto y la Alianza en el monte Sinaí: ambas hicieron nacer a Israel como pueblo santo de Dios: Dios no es sólo el "Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob", sino también "el Dios que nos hizo salir de la tierra de Egipto, de una casa de servidumbre". Con los milagros del Éxodo, lo que el autor pone de relieve es la especial intervención de Dios en estos hechos que hacen palpable su poder y su amor. En sentido bíblico, "milagro" es todo acontecimiento que manifiesta el poder de Dios.

Así, tales hechos deben llevar a un mejor conocimiento de Dios, pues impulsan a alabarle y darle gracias. Olvidarlos, por el contrario, lleva a la infidelidad.

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