El l7 de agosto publiqué en este blog un escrito de hace unos años titulado "la yegua", algo que escribí en medio de un mar de temas instrumentales que hicieron que las imágenes que ahora leéis fueran y vinieran a mi cabeza en forma de una prosa de lo que en literatura se llama stream of consciousness, de palabras y pensamientos que aparecen de repente como chispas, como luciérnagas en medio de un camino lleno de sombras centenarias.
Las interpretaciones de quienes se atrevieron a dar su visión al respecto hablaban de libertad, sueño y muerte, y me fue comentada también la idea de perder la inocencia, la sonrisa, la juventud del alma. La verdad es que siempre me parece muy interesante ver cómo de un mismo texto se pueden obtener interpretaciones tan diferentes, y me alegra saber que cada uno tenemos un universo de imaginación en la cabeza, de manera que unos y otros detalles, iguales en apariencia, toman una u otra dirección cuando añadimos nuestros ingredientes personales.
En fin... lo cierto es que aun así, todas estas interpretaciones tienen algo que ver, todas son ciertas en parte, porque son caras de una misma moneda en algún sentido. Esto quizá pueda quedar más claro cuando diga que el tema de este pequeño relato es en realidad la distancia. Libertad, sueño, muerte, renuncia... todo es poner tierra de por medio, todo implica una cierta desvinculación de algún lugar o estado, físico o psicológico, temporal o definitivo. Por diversas razones, para mí música y distancia tienen una relación tensa y a la vez mutuamente vinculante, de modo que el texto fue el resultado directo de cómo la buena música puede llevar a una muy, muy lejos.... o muy cerca, de cómo la imaginación se deja seducir por la realidad. No considero mi blog como un diario, aunque evidentemente tenga tintes de mi vida y de mí misma en ocasiones..., con esto intento aclarar más bien rasgos literarios que autobiográficos, y diré que yo lo leo teniendo en cuenta que (sí) como en un sueño y (sí) en busca de cierta libertad que nos redima del dolor de la distancia, usándola para (sí) intentar rebelarnos contra la evidencia del tiempo, que nos persigue a todos como un niño sin amigos.
Leed pensando en la distancia, en cómo la música supone un camino de ida y de vuelta, y en cómo es la yegua la que pone las pausas, los puntos y aparte... pero sin olvidar que muchas veces no es ella quien tiene la última palabra.
martes, 21 de agosto de 2007
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3 comentarios:
Hola Cristina. He descubierto tu blog hoy via cambiarelmundo.
Curiosamente 2 de mis 5 libros favoritos estan en tu lista: "El guardián entre el centeno" y "El alquimista"... una curiosidad.
Saludos,
Intoku.
Hola Cris,
es la primera vez que te dejo un comentario. (algún día lo tenía que hacer... ;) )
Bonita forma de explicarlo.
Un beso guapa,
(Y otro de parte de Lille Nø)
P.S: No hace falta que te diga quien soy, verdad? :P
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